Imagen de empresa y nuevas tecnologías
Clientes y proveedores valoran el nivel de servicio que reciben, y de ello depende la imagen de la compañía. Aquí juegan su papel las nuevas tecnologías. Benjamín Rupérez expone algunos de los pasos necesarios para que se cumplan los objetivos marcados en relación al uso de las TIC para mejorar la imagen de marca.
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Las nuevas tecnologías tienen mucho que ver con el servicio que ofrece una empresa a clientes y proveedores. Ello determina la imagen percibida de la empresa, con lo que se ayuda a mejorar la valoración exterior que se tiene de la compañía. Para conseguirlo, como primer paso deberemos definir los objetivos a alcanzar. Cada compañía deberá establecerlos principalmente en función de su tamaño, entorno, tipo de actividad y necesidades. Algunos ejemplos de estos objetivos serían los que aparecen a continuación:
¿Qué valor añadido pueden aportar al negocio ciertas aplicaciones estratégicas?
¿Qué nivel de Conformidad, Seguridad e Integridad de Sistemas y Datos debemos garantizar?
¿Qué debemos mejorar para conseguir garantizar la continuidad de servicio?
¿En qué porcentaje deseamos incrementar la productividad?
¿Qué reducción de costes de inactividad deseamos obtener?
1º Valorar la situación. No asumir nada
En este momento en que la necesidad de la disponibilidad de los servicios se convierte en crítica, debemos dar pasos para aproximar y alinear las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) con las necesidades de negocio. En este entorno, las aplicaciones de gestión, el entorno de seguridad y la fiabilidad de los sistemas, son críticas para garantizar los servicios relacionados. Cada hora de inactividad significa coste para la compañía.
2º Escoger las métricas correctas
Una vez definido y valorado el entorno crítico TIC, hay que asegurarse de hacer las mediciones correctas del rendimiento de los diferentes sistemas. Cada metodología aplicada tendrá las métricas idóneas cuyo seguimiento y control nos indicará si estamos dentro de los parámetros definidos como admisibles. Si el tiempo de respuesta es malo porque el sistema no tiene el rendimiento adecuado, el cliente solo verá que, cuando acude, por ejemplo, a un cajero, y no puede obtener su dinero, tiene un problema, independientemente de lo bien que puedan funcionar el resto de los servicios.
Los servicios críticos de IT se definen como aquellos que han de estar disponibles como y cuando se necesiten. Establecer un Plan de contingencias que asegure que la organización seguirá funcionando, casi, bajo cualquier circunstancia adversa, es imprescindible. Cada compañía, tiene sus propios requerimientos dependiendo de los niveles de servicio necesario para satisfacer las necesidades de usuarios, tanto internos como externos. En este entorno es necesario plantearse algunas preguntas del tipo:
¿Qué aplicaciones críticas es necesario proteger?
¿Qué impacto tendría la interrupción de cada servicio TIC?
¿Qué fases es necesario recuperar de cada servicio TIC?
¿Es aceptable operar a capacidad reducida? ¿Por cuánto tiempo?
¿Qué personal será responsable en cada caso?
¿Cómo se garantizará la seguridad e integridad de datos en una sede alternativa, en su caso?
¿Donde estará localizado el punto de back-up?
En entornos críticos hay que tratar de minimizar el tiempo de paradas, aunque sean planificadas. Ejemplos típicos son las actualizaciones de software, bien sean en programas o en sistemas operativos. Para estas tareas, se eligen momentos de baja actividad. Una mejor práctica para reducir estos tiempos y minimizar efectos indeseados es establecer entornos de pruebas, que simulen el entorno de producción, para probar estas modificaciones y así, mejorar el rendimiento y la disponibilidad. También, establecer ejecuciones en paralelo entre nuevos y viejos sistemas antes de pasar los nuevos al entorno de producción, evitarán sorpresas “cara al público”.
5º Considerar el factor humano
Las personas, como parte integrante de los entornos críticos TIC son piezas fundamentales, Reducir el riesgo de errores estableciendo políticas seguras y procedimientos bien documentados, y establecer, a partir de ellos, sistemas de formación. mejorará considerablemente su rendimiento.
Ningún ejecutivo responsable quiere incrementar la probabilidad de tener paradas no planificadas, pero esto es lo que sucede si no se es lo suficientemente proactivo en áreas tales como la Gestión de incidentes, o en Planificación de Capacidad. Todo el tiempo que el staff TIC emplee en reaccionar ante incidencias o atender usuarios infelices, es tiempo perdido para alcanzar los grandes objetivos o añadir valor al negocio.
Conclusión
Los objetivos que nos hayamos propuesto no los alcanzaremos, no se convertirán en realidad, si la infraestructura TIC no alcanza la fiabilidad y disponibilidad necesarias para soportar las aplicaciones esenciales que nuestros procesos de negocio necesitan y que, una vez conseguidos, nos permitirán mejorar nuestra productividad, aumentar el índice de lealtad de nuestros clientes, proteger la imagen de marca de nuestra compañía, así como aumentar y fortalecer nuestras ventajas competitivas.
Benjamín Ruperez – Vocal la Junta Directiva de la
Asociación de Ingenieros e Ingenieros Técnicos en
Informática (ALI)
08 noviembre 2007