La Fed lanza el mayor paquete de estímulos desde la Gran Recesión en una acción coordinada con el resto de grandes bancos centrales

En política monetaria, como enseñó al mundo la Gran Recesión, los órdagos se hacen en domingo por la noche. Con el terremoto de la semana pasada en Bolsas, divisas y bonos como telón de fondo y con esta máxima tatuada a fuego, la plana mayor de la banca central —EE UU, la Unión Europea, Japón, Reino Unido, Canadá y Suiza— ha movido ficha este domingo por la noche para tratar de rebajar la tensión a la que el coronavirus está sometiendo a la economía con una acción coordinada para garantizar algo tan básico para el normal funcionamiento de los mercados como la liquidez. Ha llegado la hora: en paralelo y tras dos acciones previas más tímidas, la Reserva Federal ha puesto encima de la mesa el mayor paquete de estímulos financieros desde la crisis financiera con el fin contener el azote de la pandemia. Será doble, con una potente rebaja de los tipos de interés hasta una horquilla del 0-0,25% —desde el 1%-1,25% previo— y una ronda de compra de activos por valor de 700.000 millones de dólares.

La primera reacción no los mercados no resultó alentadora. Los futuros del índice de valores industriales Dow Jones bajó un 4,6%; el de S&P, la otra gran referencia de Wall Street, lo hizo un 4,8%. En los mercados de Asia ya abiertos, los bonos soberanos estadounidenses a 10 años, refugio del inversor, subieron y su rentabilidad, por tanto, bajó tres décimas, hasta el 0,64%.

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