Expertos piden a Draghi adoptar medidas para que fluya el crédito

 El BCE parece haber entrado en un estado zen de sosiego y armonía que preocupa a los analistas alemanes.

El director del Instituto de Investigación Económica Alemana (DIW), Marcel Fratzscher considera excesiva esta tranquilidad y sobre todo la pasividad que ha mostrado el BCE en los últimos meses, y pide movimiento.

A su juicio, Draghi debe poner en marcha cuando antes un generoso programa de compra de deuda que incluyese bonos públicos y privados en todos los países de la zona euro, según declara en una entrevista concedida al diario alemán Die Welt, en la que afirma también que podría pensarse en un programa de un volumen de alrededor de 60.000 millones de euros.

En la argumentación de Fratzscher subyace la idea de que la deuda de países afectados por la crisis, entre los que se encontraría la española, ha dejado de ser negocio para los inversores extranjeros, que empezaron el año reduciendo exposición a la deuda española, por ejemplo, en 4.772 millones en enero, abandonando así el ritmo inversor que había arrancado en agosto de 2012.

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Se elevan las inversiones

A lo largo de 2013, fueron elevando sus inversiones, salvo frenazos puntuales como el del mes de marzo por el rescate de Chipre.

Exceptuando algún descenso más en los meses de verano, los inversores foráneos han invertido en deuda en nuestro país con aumentos de más de 20.000 millones en algunos meses, como en noviembre.

Al entrar en 2014, sin embargo, han roto la tendencia y sus inversiones han registrado un descenso de más de 4.700 millones, aunque mantienen su puesto como principal inversor en deuda española, con el 42,61% del total.

La vía para frenar esta nueva tendencia y evitar llegar a situaciones dramáticas, según expone Fratzscher, es que el BCE proporcione un estímulo monetario fundamental y que logre un aumento de los préstamos en los países en crisis que insufle oxígeno al débil crecimiento económico.

El PIB, en su discurso, no es el principal objetivo a alcanzar, sino un medio para luchar contra un enemigo que acecha detrás del invierno económico y que sería la deflación.

A diferencia de la opinión del presdiente del BCE, Mario Draghi, que no contempla la deflación como un peligro real a corto y medio plazo, Fratzscher previene que "la deflación se va a convertir en un problema cada día más grave para la zona euro y el BCE se verá obligado a actuar ante una mezcla desfavorable de efectos económicos".

Por eso su idea es que, cuanto antes se ponga en marcha, mejor.
Los sueldos "deberían seguir bajando"

Fratzscher destaca que el rendimiento económico de países como España e Italia se encuentra en estos momentos un 8% por debajo del nivel que alcanzaba en 2008.

En estos países, dice, los sueldos y costes laborales deberían todavía seguir bajando, al mismo tiempo que aumenta el riesgo de la deflación.

"Con sus instrumentos actuales, el BCE tiene una capacidad muy limitada para mejorar las posibilidades de financiación en estos países", advierte, señalando además que Draghi debería aumentar las tasas de interés a largo plazo.

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