Un marco regulatorio para afianzar el impulso del teletrabajo

Desde hace mucho tiempo se viene hablando de las ventajas del teletrabajo aunque hasta hace sólo tres meses eran pocos los que podían disfrutar de ellas. Pero de un momento para otro, España se ha dado cuenta de que es algo abierto a todos, siempre que la naturaleza del trabajo lo permita. «Sus ventajas se asociaban más con la mujer, pero el coronavirus nos ha dado la oportunidad de ver cómo sirve para todos, los hombres también pueden conciliar la vida laboral con la profesional», indica Gloria Lomana, presidenta de 50&50 GL. Esta consultora se ha asociado a la organización Woman in a Legal World (WLW) para lanzar una declaración del teletrabajo, con la que pretenden encontrar un marco regulatorio que lo proteja. «La experiencia de los últimos meses nos ha proporcionado muchas enseñanzas que se pueden aprovechar», indica Lomana.

Analizando las semanas del confinamiento se dieron cuenta del exceso de horas de trabajo y del peligro de que esta práctica pueda invadir la vida personal de cada uno. «Creemos en el teletrabajo como algo bueno pero sabemos que es necesaria la desconexión digital», pone como ejemplo la presidenta de 50&50 GL. Esta nueva forma de trabajar, que ha venido para quedarse, se debe abordar con una mirada ancha, «plantearlo dentro de la cultura empresarial que conecta con nuevos liderazgos», añade. Algunas grandes empresas en nuestro país pasaron de tener el 8% de la plantilla teletrabajando hasta un 80%, «y hemos visto cómo requiere formas más colaborativas que favorecen la tecnología y la innovación».

En estos meses teletrabajando hemos comprobado la capacidad de adaptación de la sociedad española que aceptó el reto y se ha superado a sí misma. «El teletrabajo ha permitido optimizar mucho más las reuniones y la relación entre los directivos y los equipos es mucho más fluida, hay más confianza», señala la responsable de la consultora. Pero es importante no olvidar que se debe lograr la conjunción equilibrada entre el trabajo online y el presencial.

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