Los funcionarios se enfrentan a su mayor reto
La decena de trabajadores pĂşblicos consultados para este reportaje coinciden en una idea: que si algo bueno ha tenido la pandemia es que ha dejado al descubierto quiĂ©nes son, quĂ© hacen y en quĂ© condiciones desarrollan su actividad. Se trata de un colectivo formado por 2.598.481 empleados —de los que un 55% son funcionarios, segĂşn los Ăşltimos datos del Ministerio de FunciĂłn PĂşblica— que, con el coronavirus, encaran el desafĂo de gestiĂłn institucional más grande al que jamás se habĂan enfrentado.
Miles de mĂ©dicos en la primera lĂnea de fuego de la guerra contra el virus, funcionarios del Servicio PĂşblico de Empleo Estatal (SEPE) gestionando la avalancha de ayudas pĂşblicas, un batallĂłn de profesores improvisando clases a distancia para evitar que los alumnos pierdan un año… Y asĂ casi todos los cuerpos del sector pĂşblico han vivido 11 meses de vĂ©rtigo.
Lo hacen, además, denunciando que su poder adquisitivo se ha recortado en los Ăşltimos años —las estimaciones más elevadas sitĂşan la rebaja en un 20% durante la pasada dĂ©cada, aunque con las recientes subidas han recuperado tres puntos en tres años—, y se enfrentan a esta fenomenal crisis sin que se haya producido un incremento de las plantillas. Todo lo contrario. Durante la Ăşltima dĂ©cada, el nĂşmero de plazas ofertadas no cubrĂa las bajas por fallecimientos o jubilaciones en los distintos estamentos de la AdministraciĂłn. Aunque las dos Ăşltimas ofertas de empleo pĂşblico han tratado de paliar esta sequĂa —en 2019 se publicaron 33.843 plazas, la cifra más alta en la historia, y 28.055 en 2020—, el contraste entre los boletines de los 10 Ăşltimos años es elocuente: hay 81.738 trabajadores pĂşblicos menos.
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