El banco central de China se queda sin munición mientras las exportaciones se frenan

El Banco Popular de China (PBoC) se acerca a una fase peligrosamente parecida a la que atravesaron algunos bancos centrales de Occidente en los últimos años. Su ralentización económica es cada vez más preocupante, pero las herramientas habituales para evitar su caída no están funcionando como se esperaba y le quedan pocas opciones que activar para dinamizar la economía.

En los últimos meses, el PBoC ha subsidiado préstamos, ha favorecido que hubiera más masa monetaria en circulación al recortar los requisitos de reserva de los bancos y ha mejorado las condiciones para pedir créditos y refinanciar deuda. También ha permitido al sistema bancario que bajase el tipo mínimo de las hipotecas para los compradores de una primera vivienda, y se instó a los promotores inmobiliarios a ofrecer créditos a tasas razonables. Además, ha bajado los tipos de interés a un año del 3,25% al 2,75% en los últimos 12 meses.

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