Cómo crear un buen banco malo
Los expertos coinciden en que la banca necesita sacar el ladrillo de sus balances – Rajoy deberá decidir a qué precio y si se venderán las entidades inviables

El líder del PP barrunta modelos para el banco malo y su financiación. En su programa electoral señaló: "Facilitaremos la gestión activa del patrimonio dañado de las entidades financieras que lo precisen". En Europa ya se ha usado esta fórmula tanto en la poderosa Alemania, como en Reino Unido, Holanda e Irlanda con desigual resultado. El futuro jefe del Ejecutivo ha consultado esta cuestión con los principales banqueros y parece convencido de que es positivo quitar los activos inmobiliarios de los balances de los bancos para que se centren en dar crédito. Pero el asunto es complejo (por las distintas fórmulas que se pueden utilizar); vidrioso (porque exigirá tomar decisiones drásticas para el futuro de algunas entidades) y, sobre todo, costoso (porque podría exigir al Estado emitir deuda pública por valor de 50.000 millones aproximadamente). Este factor podría exigir ayudas europeas, lo que deja abierto el proyecto. En círculos cercanos al PP reclaman "una concentración superagresiva de entidades" en paralelo a la instauración del banco malo.
Aristóbulo de Juan, protagonista en la crisis de los ochenta y los noventa por pilotar el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), lo tiene claro: "Lo que se ha hecho hasta ahora es claramente insuficiente". Este gestor aboga por "buscar fórmulas jurídicas para que el cambio de propiedad y gestión se produzca simultáneamente con el saneamiento". Su fórmula se basa en que la reestructuración se financia a medias entre los fondos privados de la banca, el FGD y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para evitar que recaiga todo entre los ciudadanos.