¿Una semana laboral de cuatro días? Por qué la estructura productiva lo desaconseja

En los últimos días se han utilizado los ejemplos exitosos de algunas empresas para defender la propuesta de una jornada laboral de cuatro días a la semana. Microsoft realizó un experimento durante el verano de 2019 con su filial japonesa y descubrió que su productividad mejoró un 40% y sus costes de producción se redujeron de forma significativa. Sin embargo, a pesar del supuesto éxito del ensayo, la multinacional no aplicó posteriormente la fórmula de los cuatro días al resto del año y tampoco al resto de la empresa. Un experimento tan limitado tiene grandes riesgos de equivocación cuando se aplica en la economía real y Microsoft optó por la prudencia y mantener su jornada tradicional.

En España, el debate ha regresado como consecuencia del anuncio del vicepresidente, Pablo Iglesias, de que el Gobierno se estaba planteando esta opción de rebajar la jornada laboral a 4 días por semana. Una propuesta que responde a la idea de repartir la demanda de trabajo existente entre más personas para así reducir la tasa de desempleo, que en España está entre las más altas del mundo desarrollado.

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