Los rateros que entraron en la CNMV para dejar huella

2005 fue un año convulso para la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Empezó con la guerra entre Sacyr y el BBVA, y una serie de acontecimientos que afectaron al entonces vicepresidente, Carlos Arenillas, que sufrió un espionaje de los movimientos de su vehículo oficial, la intervención de su teléfono profesional e incluso la entrada de unos individuos en su domicilio particular.

Meses después, cuando parecían más calmadas las aguas, llegó otro sobresalto, una incursión en las oficinas de la CNMV. En la madrugada de un día de Santiago Apóstol, el 25 de julio de 2005, dos “rateros”, según la policía, se pasearon por los despachos rebuscando en ordenadores de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y se marcharon sin que nadie les dijera nada. Ahora la Fiscalía Anticorrupción ha aceptado la petición de Arenillas, y ha pedido investigar este asalto así como el hostigamiento que sufrió este directivo.

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