El teletrabajo noquea al barrio de oficinas

Conseguir una mesa para comer en el Llacuna, un pequeño restaurante del barrio 22@ de Barcelona, acostumbraba a requerir fortuna o paciencia. Antes de la pandemia era uno de los destinos de mediodía para los miles de personas que pueblan esta zona de edificios corporativos. Pero ahora la actividad en el establecimiento se ha quedado en una tercera parte de lo que era antes, relata un empleado, y sentarse en una de sus mesas es más sencillo.

El teletrabajo ha vaciado estas calles que ocupan más de 200 empresas y en las que se movían cada día sus 45.000 trabajadores.

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