El fondo de recuperación europeo encalla en las condiciones exigidas a los beneficiarios

Normalmente los jefes de Estado o de Gobierno que vienen a Bruselas para participar en un Consejo Europeo suelen reservar una noche de hotel. En la época en la que el presidente del Consejo era el polaco Donald Tusk se intentó incluso que el trámite se pudiera ventilar en un solo día dejando las cosas lo más preparadas posible con antelación. Sin embargo, nunca se pudo alcanzar un grado tal de eficiencia con el tiempo.

Teniendo en cuenta que son 27 jefes de delegación, nada más la ronda de palabra, a diez minutos cada uno, hace que las reuniones no puedan durar menos de tres o cuatro horas, por sencillas que parezcan.

En este Consejo Europeo se han batido todos los récords. Desde el viernes por la mañana hasta el domingo por la noche encerrados en un edificio inmenso y semivacío tratando de llegar a un acuerdo sobre el presupuesto plurianual y los fondos de rescate. Todos sin excepción dicen compartir la necesidad de llegar a un acuerdo pero no todos asumen que pare ello hacen falta concesiones en todas direcciones.

Fue la canciller alemana Angela Merkel la primera en advertir de que todas estas horas de reuniones en todas direcciones podían terminar en un fiasco. «No puedo decir si encontraremos una solución. Hay mucha buena voluntad pero también hay muchas posiciones diferentes.

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