El drama de las pymes y autónomos que el Gobierno ha olvidado

Las dos guerras mundiales, la gran gripe española de 1918, la Gran Depresión del 29, la crisis del petróleo del 72, la Gran Crisis Financiera de 2008 y la Gran Pandemia del coronavirus de 2020. Todos estos acontecimientos históricos han marcado a varias generaciones humanas y a la mayoría de economías del mundo. Y ahora le toca al Covid-19. Transcurrido ya un mes desde que el Gobierno decretara el estado de alarma para frenar la propagación de la pandemia, economistas, expertos y altos funcionarios del Estado reconocen ya abiertamente que el país está abocado a la recesión económica, aunque prevén que esta sea corta y tenga una recuperación tan rápida como lo ha sido la caída. Por ello, el Ejecutivo ha tenido que adoptar un paquete de medidas extraordinarias con las que salvaguardar el empleo y mantener congelado para poner a salvo el mayor porcentaje posible del tejido productivo nacional. Pero no ha llegado a todos.


Sectores en peligro

El Gobierno ya ha hecho sus previsiones y augura que no se recuperará la normalidad de las actividades empresariales y sociales hasta final de año. Todos los ministerios manejan ya dos fases clave para la deshibernación económica completa: una primera en verano para sectores más productivos, como la industria no esencial, y otra hasta Navidad, en la que se irán incorporando paulatinamente los sectores más afectados por la pandemia, que tendrán un regreso a la actividad más lento y duro, como el turismo y la hostelería. Serán estos sectores los últimos en retomar el pulso de su actividad.

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