Aquí sí hay trabajo: el campo necesita hasta 150.000 trabajadores

La lucha contra el Covid-19 está llena de paradojas y, mientras se asiste a una destrucción histórica de empleos y a un alud de ERTE que colapsan las oficinas del SEPE, el jueves pasado el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, puso cifra a las necesidades de mano de obra en el campo español: entre 100.000 y 150.000 trabajadores temporales para recoger las cosechas, a pocos días de que se inicien las campañas de la fruta de hueso (cereza, albaricoque, melocotón, etc…). Planas no concretó qué medidas podría adoptar el Ejecutivo, pero estas deberán tener en cuenta la actual alerta sanitaria. Sí, avanzó que tendrán que ser personas próximas a los centros de producción.

En concreto, las demandas son variables y están repartidas por gran pare de la geografía española. Desde organizaciones agrarias como Asaja, han estimado que solo en el Valle del Ebro de cara a la inminente campaña de la fruta harán falta 50.000 trabajadores temporales. También les faltan manos en otras zonas de España como en Extremadura, para la fruta de hueso: el año pasado se emplearon a 40.000 personas entre mayo y septiembre. En el caso concreto del Valle del Jerte y su tempranera cereza, durante los mayores picos de producción se llegan a emplear a 1.200 personas, según la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte. Solo a pie de campo se ocupan a unas 600 personas.

Otros casos similares son los de Alicante y el cultivo del níspero – que se concentra en la comarca de Marina Baixa – que sin la necesaria mano de obra podría quedarse sin recoger el 40% de la cosecha, que desde Asaja prevén que sea «expecional» (hasta 13 millones de kilos) por el suave invierno y las lluvias recogidas. En Alicante, también corre peligro el ajo al necesitarse cuadrillas de más de 200 personas para recogerlo durante mes y medio. Todo ello, en un momento propicio para tomar la delantera a China: el gigante asiático concentra el 83% de la producción mundial aproximadamente, y es nuestro principal competidor aunque por el coronavirus despierta cierta reticencia entre los consumidores.

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