El campo espaƱol afronta la tormenta perfecta
El campo estÔ que arde y los agricultores, indignados, amenazan con extender esas llamas. A la falta de medidas y ofrecimientos recurrentes que les vienen haciendo desde hace años para paliar el problema endémico de precios bajos en origen que no cubren los costes de producción, se ha juntado otros factores que han desencadenado la tormenta perfecta en la agricultura española.
La subida del salario mĆnimo, la adversa climatologĆa con gota frĆa y borrascas, los aranceles de Estados Unidos al aceite de oliva, la aceituna de mesa y el vino, la subida de pólizas de los seguros agrarios y, de remate, las cargas policiales contra los productores que se manifestaron en Don Benito (Badajoz) el pasado 29 de enero han sido el detonante que ha colmado el vaso de la paciencia de un sector muy castigado y demonizado en su actividad.
Ā«Queremos polĆticas de precios justos y poder vivir de la agricultura, no de las subvencionesĀ», asegura Miguel Blanco, que considera que resulta paradójico que Ā«se estĆ© hablando de la āEspaƱa vaciadaā y de cómo hay que llenarla y, por el contrario, estĆ”n haciendo todo lo contrario con estas medidas que van en contra del trabajo del agricultor y que le le asfixian en el ejercicio de su profesiónĀ».
En estos Ćŗltimos dĆas, los afectados estĆ”n teniendo numerosas reuniones con el Ministerio de Agricultura para intentar atajar los problemas que azotan al sector. De momento, casi todas las medidas propuestas por el ministro del ramo, Luis Planas, son a medio y largo plazo. Las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA coinciden en que en este momento el campo necesita decisiones de choque inmediatas. Ā«Nuestro objetivo es el diĆ”logo, no las movilizaciones, pero hay que hacer algo urgenteĀ», se queja el secretario general de COAG, Miguel Blanco.
Venta a pƩrdidas
El principal problema de la agricultura y la ganaderĆa desde hace dĆ©cadas es el de los bajos precios por debajo de los costes de producción, que terminan por hacen inviables las explotaciones. El ministerio asegura que tomarĆ” cartas en el asunto y para ello propone reformar la Ley de la Cadena Alimentaria para impedir que el productor sea siempre la parte mĆ”s dĆ©bil y sin ninguna capacidad de presión frente a los intermediarios como la industria o la distribución.
El problema de la reforma de la cadena alimentaria es complejo, ya que hay que implicar a numerosos actores. Blanco se muestra esperanzado, pero cauteloso, ya que habrÔ que ver cómo se articula y se plasma, ya que otros sectores como industria y distribución son también parte implicada. «No tenemos la seguridad de que estas reformas se concreten definitivamente y se queden a medio camino», afirma.
El SMI, la puntilla
El Salario MĆnimo Interprofesional (SMI) es, a juicio del presidente de Asaja, Pedro Barato, Ā«la puntilla para el sector agrario, ya que desde 2018 se ha incrementado un 43% cuando la renta agraria ha caĆdo un 9% el pasado aƱoĀ». Esta medida, que afecta a su vez a las cotizaciones a la Seguridad Social, puede ser Ā«nefasta en sectores tan dinĆ”micos con mano de obra permanente como el olivar o las frutas y hortalizasĀ». Sectores como el del tomate requieren mucha mano de obra y tienen poco margen comercial, y el salario del trabajador supone el 45% del coste de producción, asegura JosĆ© MarĆa Pozancos, director general de la Federación EspaƱola de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas (Fepex). La anterior subida del SMI ya ha supuesto un aumento de costes salariales y de Seguridad Social de entre un 7 y un 22%. Solo en diciembre, los precios del tomate cayeron un 18,4%, aƱade Pozancos.
Entre los costes derivados de la actividad, ademĆ”s de gasóleo, fertilizantes, herbicidas y fitosanitarios, destaca uno que preocupa a los agricultores por la discriminación que se hace de uso como es el regadĆo. No se comprende, segĆŗn el secretario general de COAG, que el agricultor tenga que pagar el tĆ©rmino de potencia durante todo el aƱo cuando lo habitual es que ese riego se circunscriba a cuatro o cinco meses. Ā«Es necesario involucrar a las compaƱĆas energĆ©ticas y estas no estĆ”n por la labor, indica.
Desastres naturales
El clima tampoco parece querer dar una tregua al agricultor y por tercera campaƱa consecutiva los desastres naturales se han cebado con los cultivos. Primero fue gota frĆa del pasado septiembre , que anegó miles de hectĆ”reas en Comunidad Valenciana. Murcia, Albacete y AlmerĆa, cebĆ”ndose con las plantaciones de cĆtricos, uva y hortalizas, con un coste aproximado de entre 500 y 600 millones de euros. Y para remate la borrasca Gloria, que ha sacudido toda la costa mediterrĆ”nea y ha terminado de arrasar lo que no consiguió la DANA. Solo en la Comunidad Valenciana, AVA-Asaja calcula 62 millones de pĆ©rdidas solo en Valencia. Invernaderos arrasados, 132.000 toneladas de fruta tiradas al suelo y el resto inservible debido a los golpes de las ramas y el exceso de humedad. En CataluƱa, los arrozales del delta del Ebro desaparecieron literalmente, con cuantiosos daƱos en el Maresme y en el Bajo AmpurdĆ”n. Y Murcia volvió a quedar inundada.
Aceite: un titƔn herido
El sector del aceite de oliva no levanta cabeza desde hace unos aƱos. Es junto con frutas y hortalizas y vino, el mƔs importante sobre el que se sustenta la agricultura espaƱola, siendo una referencia mundial. Somos el mayor productor (25% del total) y el de mƔs calidad del mundo.
La continua caĆda del precio en origen (de 3,4 ā¬/k en enero de 2017 a 1,85 ā¬/k del mismo mes de 2020) se debe a varios factores. El principal es el rĆ©cord histórico de 1,8 millones de toneladas de producción en la Ćŗltima campaƱa, pero sin perder de vista el consumo mundial Ā«que se encuentra estancado, asĆ como las ventas en EspaƱaĀ», asegura el director gerente de Asoliva, Rafael Pico. La solución a medio plazo -estima- estĆ” en Ā« invertir mĆ”s dinero en campaƱas de promoción que estimulen el consumo de los aceites de oliva tanto en el resto del mundo como en nuestro paĆsĀ». A juicio de Pico existe mucha capacidad para hacerlo, ya que la ingesta de aceite de oliva en el mundo es solo un 3% en el conjunto de aceites y grasas y aboga por que esta promoción se haga a travĆ©s de la interprofesional. En cuanto a la extensión de norma es de 6 euros por toneladas y el sector pide subirla a 30 euros. Destaca que los aranceles de Estados Unidos han hecho mucho daƱo, especialmente a la aceituna de mesa.
En relación al aceite de oliva, los aranceles afectan a todas las categorĆas, especialmente al virgen extra, que es donde estĆ” la gran venta. Ā«Con un arancel del 25% no podemos exportar 60.000 toneladas desde EspaƱa e Italia, y otros paĆses que exportan a EE.UU. dejan de comprarnos otras 100.000 toneladasĀ». Si el 15 de febrero, la Administración Trump amplĆa el arancel a la importación de granel, el problema se complicarĆ” mucho mĆ”s. En este sentido, la gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva, Teresa PĆ©rez, reconocĆa a Carlos Manso que siendo EE.UU. el principal mercado fuera de la UE, Ā«nos estĆ”n sacando de Ć©l, vamos a un nuevo escenario de creación de envasadoras, que comprarĆ”n cualquier aceite independientemente de su origenĀ».
Poco margen en hortofrutĆco
Frutas y hortalizas es el otro peso pesado mÔs damnificado. Los altos costes de producción debido a su carÔcter intensivo, especialmente en invernadero, contrasta con la poca capacidad de negociación que tienen, ya que los precios se deciden en los mercados internacionales, destaca el director gerente de Fepex.
El tomate, estarĆa entre los mĆ”s perjudicados al tratarse de un producto es estratĆ©gico sobre el que se complementan los demĆ”s sectores. Tiene una feroz competencia por parte de los PaĆses Bajos y, especialmente, de Marruecos, que cultiva, no solo sin los estĆ”ndares de calidad y fitosanitarios exigidos en la UE, sino que incumple sistemĆ”ticamente el contingente preferencial que tiene (285.000 toneladas) y ya va por 500.000 toneladas, dada la aquiescencia de Bruselas y a pesar de las protestas de los productores, no solo espaƱoles sino franceses e italianos.